Columna – “Cines y Afines”
Si tuviera que escoger dos razones para ver la cinta de superhéroes de Marvel, “Thor: Love and Thunder”, no serían exactamente amores o truenos, ni siquiera el propio Thor interpretado nuevamente por el cada vez más musculoso Chris Hemsworth.
La primera: la encarnación de Christian Bale como el discípulo decepcionado de su deidad que termina convirtiéndose en un asesino de los dioses, el villano Gorr (el carnicero de dioses). La segunda: la actuación de Natalie Portman como la astrofísica Jane Foster que sufre de una enfermedad mortal y recurrirá como último recurso a “magia espacial” de los dioses para ver si puede alargar su tiempo en la Tierra.
Es inevitable mencionar que han pasado más de diez años desde que viajamos al reino de Asgard en la primera “Thor” (2011) dirigida por Kenneth Branagh y desde entonces han habido 4 películas con Thor como protagonista y 4 cintas con Thor como parte de los Avengers. De manera que el personaje de Hemsworth ha sido construido a través de los años en diferentes relatos audiovisuales.
Para los efectos de esta crítica, solo vale la pena concentrarse en la historia de amor entre Thor y Jane.
Un buen héroe necesita un “buen” villano
La película de Taika Waititi inicia con el trasfondo de cómo Gorr se convirtió en la figura ausente de color y llena de venganza hacia los dioses. El que era un discípulo del dios Rapu pierde a su hija en el árido desierto, pero mantiene la fe en su dios y espera que su devoción sea de alguna manera correspondida.
Luego, en lo que parece un espejismo, Gorr camina hacia un oasis y se topa a su dios, el gran Rapu. Para la increíble decepción de Gorr, Rapu se burla de las súplicas y el dolor de su fiel creyente. Es en ese momento que el objeto forjado para matar dioses, La Necroespada, escoge a Gorr como su nuevo portador.
En otra parte del universo, Thor se separa de los Guardianes de la Galaxia para atender al llamado de la asgardiana, Sif, que advierte sobre los asesinatos que ha llevado a cabo Gorr en otras partes del cosmos.
La presencia de los Guardianes de la Galaxia es breve y no muy trascendental, más allá de un consejo que le da el Star-Lord (Chris Pratt) a Thor sobre cómo sentirse luego de experimentar una pérdida versus nunca haberla experimentado del todo.
Mientras tanto en el planeta Tierra
La astrofísica Jane Foster recibe una visita de su amiga Darcy Lewis (Kat Dennings) y nos enteramos de que la exnovia de Thor tiene una enfermedad terminal y por más conocimiento que tenga de las ciencias naturales, parece que no podrá lograr extender su tiempo en la Tierra.
Foster viaja a Nuevo Asgard donde se mantiene en exhibición el martillo destruido de Thor, Mjolnir, y gracias a esa “magia espacial” el objeto se vuelve a forjar y escoge a Foster como su nueva y digna portadora de los poderes.
¿Es el momento de gloria para la nueva y poderosa Thor en un universo de Marvel con cada vez más protagonismo femenino? ¿Será que esto significa que ya Foster se curó y vivirá como una diosa? Pues no es tan sencillo como luego nos enteramos.
Personajes, colores y música
El relato audiovisual tiene momentos de humor que a veces logran dar una dimensión adicional a Thor, más allá de su propósito guerrero, pero no es nada nuevo. No es hasta que se reencuentra con Jane que se desarrolla un personaje más complejo que sufre por las decisiones de su pasado y busca cómo reconciliar lo incambiable con lo que aún podría ser.
Jane vive una situación difícil también pues no está en las mejores condiciones para ir en una aventura con su exnovio para enfrentar a un villano capaz de eliminar dioses y también debe de pensar muy bien sus decisiones porque sus días están contados. ¿Qué tanto puede o quiere arriesgar en este inesperado reencuentro con su expareja?
Natalie Portman es central para el drama de la película, sin embargo, no se vuelve la protagonista de la historia y al final del día el filme es sobre el Thor que siempre hemos conocido, y los sentimientos a los que se apela giran en torno a la apariencia e ideales de ese superhéroe nórdico, simbólico de una masculinidad.
El uso del color es clave en la película y posiblemente el elemento cinematográfico más memorable. Físicamente, Gorr es gris, su boca es profundamente oscura y no hay colores a su alrededor más que el siniestro brillo amarillo de sus ojos. Además, dirige un ejército de sombras que sirven para acechar víctimas y atrapar a sus enemigos.
El poder de Gorr se amplifica en el Reino de las Sombras y es ahí donde el color de la película desaparece. Las brillantes armaduras doradas y las vibrantes capas rojas pierden sus tonos y solo se perciben neutros.
En estas escenas solo hay destellos de colores cuando emanan de los poderes de nuestros héroes, el resto de la pantalla pierde saturación para transformarse en una escala de grises. Un fuerte contraste con los neones y arcoíris tan fuertemente presente en la publicidad del filme.
Hay presencia de souvenirs, menciones y mucha música de Guns N’ Roses que a veces hasta cansa un poco. Suenan 3 temas de “Appetite for Destruction” (1987) y uno de “Use Your Illusion I” (1991). No sé cómo reaccionarán las generaciones más jóvenes viendo este filme (el rol de niños y niñas es importante en la película también) pero hay un solo de Slash que es difícil de imaginarlo en otro contexto que no sea el del video oficial de la canción.
Tal vez por eso nos sorprendió cuando de pronto, en un momento que ya para qué, se escucha una canción que no es de GNR, sino de un cantante que suena mucho en el programa “Rock and Locuras” todos los sábados a la 1 p.m. por 99.5 FM Radio Dos (última pista: uno de los “Dio-ses” del metal).
Hay una escena después de los créditos y otra más después de los otros larguísimos créditos, pero estas no ofrecieron una promesa tan grande como la que vimos hace poco en “Doctor Strange in the Multiverse of Madness”. Más bien, entra un poco en conflicto con las consecuencias de la trama que acabamos de ver y tal vez un poco de confusión sobre la dirección que está tomando esta fase en el Universo Cinematográfico de Marvel.
Le damos 3 palomitas de 5 a “Thor: Love and Thunder” 🍿🍿🍿por las destacadas actuaciones de Christian Bale y Natalie Portman que le roban el show al dios del trueno.
Hasta el momento, “Thor 4” ha tenido el debut más exitoso de las cuatro en la taquilla, tras recaudar más de $144 millones en su primer fin de semana de estreno en Estados Unidos y más de $300 millones a nivel mundial.
Es la película #1 en el mundo y en Cines y Afines la recomendamos para pasar un buen rato en el cine.