Concierto tuvo lugar el 1 de agosto en el Jazz Café
Un regreso esperado. No, esta no es la noticia de que una banda de gran trayectoria haya vuelto a producir música. Todo lo contrario… pero aún más esperado.
Es emocionante para las personas que respiran por y para el arte, presenciar la reactivación que estamos viviendo. Poco a poco vemos como toda expresión artística que clama por público va saliendo nuevamente a flote y es que ¿Cómo no estar emocionado?
Bajo esta primicia este servidor se hizo presente en The Blue Ways of the Caucel, pero vayamos lento… ¿Qué es esto? The Blue Ways of the Caucel fue un concierto que tuvo lugar el 1ero de agosto de este año como parte de esta oleada de presentaciones que no solo anhelamos, si no, necesitábamos.
Este concierto se llevó a cabo en Jazz Café (que tristemente ya no nos vemos en la necesidad de explicar cuál de sus dos recintos sería, esto tras el cierre de operaciones de su sede en San Pedro) y los protagonistas del mismo fueron las bandas The Blue Apt, Caucel y Organicways. Una escena emergente que cada vez clama por más visibilidad y presencia, y que, a pasos lentos pero seguros, lo logran.
Con libreta en mano me aventuré a escribir, más allá de una reseña, una crónica de lo que fue mi primer concierto en años. Y debo admitir que lo primero que sentí al entrar al lugar fue nostalgia. Ver un escenario totalmente equipado para un show, músicos atareados y ansiosos porque esto empiece pero con la seguridad de no querer que nunca termine.
La luces empezaron a ponerse más suaves y azules, era inevitable pensar que The Blue Apt iba a ser la primera banda en salir a escena.
Luces afuera y en el fondo del escenario un gameplay de Zelda proyectándose. Una mirada extrañada pero fascinante por parte de mi acompañante quien estaba sentada justamente al frente mio. Era ineludible no sentir curiosidad si esto era un mensaje abogando por la nostalgia de los presentes en el lugar, o simplemente una jugarreta de Gabriel Loynaz (vocalista y compositor de The Blue Apt). Acentuó con su cabeza, ambos estábamos confundidos pero a su vez entendimos que era absorbente.
La noche empezó con Alter Ego, canción que abre de igual manera su más reciente EP y como si la proyección de Zelda no fuera suficiente, Gabriel salió a escena con una extravagante máscara de un perro. El show se ponía cada vez más interesante.
Las canciones transcurrían y resultaba imposible no sentir fascinación por la propuesta de The Blue Apt. Una producción que, a kilómetros, denota que ha llevado meses de preparación. Así entre canciones y discursos por parte de Gabriel me sentí cautivado por uno de sus monólogos que, podría apostar, que tuvo nula preparación previa.
-’’Lo siento, por un momento olvidé que estaba aquí, con ustedes (el público), todo ha sido hermoso’’.
Gabriel recalca y me recuerda la facilidad con la que podemos disociar la mente y nuestro cuerpo mediante el arte. Con ese pequeño discurso Gabriel nos hizo entender que el trance en el que se encontraba mientras tocaban Rainbows tuvo que haber sido una experiencia increíble; y entre las canciones de su EP y viejas producciones fue que poco a poco finalizó su show y era tiempo de cambiarnos el chip a Caucel.
Caucel es el proyecto solista de Fabián Escala, quien de entrada nos intimida con una alineación de lujo para interpretar sus canciones.
Pablo Luna de Lo Mejor de Mi, Jaffet Viquez de The Blue Apt y Pablo Matamoros de Adiós Cometa.
La curiosidad aumentaba así como las expectativas. Mismas que la banda abordó a cabalidad. Guitarra acústica en mano, el segundo viaje estaba apunto de empezar.
La agrupación aperturó su show con la canción Razorblade, que es parte de su primer disco Low Light y todo era tan magnífico como lo esperaba.
Fabian nos adelantó que su próximo disco estará en plataformas a partir del viernes 13 de agosto y con esa noticia en nuestra cabeza interpretó canciones de este mismo.
A mitad de la noche, y con una advertencia, Fabian cambia, no solo su guitarra acústica por una eléctrica, si no también, el rumbo del concierto al notificarnos que es momento de que las canciones más pesadas de la banda tomen presencia. Y al terminar su concierto unicamente podia pensar sobre el deleite que fue presenciar artistas tan talentosos en un solo lugar.
Al finalizar era momento de Organicways, quienes además de cerrar una noche que, ya por sí sola estaba resultando fascinante, presentaban su primer concierto en la historia de la banda como así su más reciente EP What You Dont Know.
Aperturaron su show con Outcome y la energía se desbordaba por todas las esquinas del escenario. Organicways nos confirmaba a todos los presentes en Jazz Café que estaban listos para devorarse el show.
En cada una de las transiciones de una canción a otra, Asael (vocalista de la banda) se toma su tiempo para agradecer a todas las personas que fueron parte de la producción pero sobre todo (y lo que mas logro poner los sentimientos a flor de piel) fue su insistencia para converse al público en generar una escena para todos. Acabar con el estigma de la competencia entre artistas e invitarlos a unirse y apoyarse en tiempos tan complicados como los que estamos viviendo.
La agrupación finalizó su presentación con The Old Man, primer single con que la banda debutó en 2020. Canción que fue acompañada de un discurso emotivo ya que recuerda al padre de Asael, quien falleció años atrás. inevitablemente la piel se tornó de gallina y los ojos llorosos.
El arte se encuentra en evolución y adaptación, y esta pandemia obligó a los artistas a reestructurarse, es por eso que me resulta asombroso la reactivación cultural que está experimentando nuestro país.
Yo por mi parte me llevé un poco de cada banda de aquella noche, pero sobre todo la convicción de que, ahora más que nunca, debemos permanecer unidos, seguros y apoyándonos porque si no… ¿Quién más lo va a hacer?
